La cueva es de trazado irregular y tiene unos 270 metros de longitud. Consta de un vestíbulo, una galería y la sala lateral. Contienen unas de las mejores muestras del arte rupestre prehistórico. Los dibujos tienen unos 14.000 años de antigüedad y representan bisontes, ciervos, jabalíes, caballos… Están realizadas con pinturas ocres naturales de color rojo y contorneadas en negro. Para asegurar su conservación, se ha reproducido de manera minuciosa su estructura y pinturas en la Neocueva del Museo de Altamira, empleando los mismos procedimientos pictóricos. Así, el visitante podrá admirar con detalle el gran techo de los bisontes polícromos y visitar el taller de estos pintores, donde se explican las técnicas empleadas en esta obra maestra del arte rupestre.